La ponente empieza hablando acerca de los errores que como usuarios de las redes, se cometen. Estos errores son:
- Infravalorar la cantidad de información que producimos al día
- Despreciar el valor de esa información
- Pensar que nuestro principal problema es una agencia distante y poderosa que se llama NSA.
Una de las maneras de vigilancia encubierta es a través de las típicas tarjetas de puntos del supermercado de los barrios, que parecen inofensiva, pero recogen información sobre las personas, que no se sabe para qué puede ser utilizada.
De la misma forma, los teléfonos móviles, no solo son capaces de identificar la localización de sus usuarios, sino que también requieren atención constantemente.
Finalmente, Marta propone poner barreras a la introspección de nuestra intimidad, recomendando el uso de la herramienta TOR, un medio que permite el anonimato en línea y la evasión de censura.
Es necesario que se tenga en cuenta que los datos personales que se comparten, no son tan privados cómo la gente se imagina. En el caso de las redes sociales, se quedan registrados para siempre, porque aunque se borren, siempre estarán archivados en alguna parte. De esta manera, las grandes compañías tienen fácil acceso a toda nuestra información y así son capaces de controlar a su público midiendo sus gustos y enviándoles su publicidad. Como dice la periodista "vivimos en casas de cristal".